lunes, 16 de mayo de 2011

TERRAZAS Y BALCONES CULTIVADOS: HUNDERTWASSER



La Hundertwasserhaus es un edificio de viviendas que se encuentra en la calle Kegelgasse 34-38 en el distrito 3 de Viena. Es obra del artista Friedensreich Hundertwasser, nacido en Viena en 1928. Fue un rabioso opositor al estilo que caracterizó las unidades de vivienda construidas en la postguerra ya que las consideraba faltas de humanidad, forzando a los seres humanos a vivir en “cajas de zapatos”. Su pretensión era dar calor humano a los edificios y traer la naturaleza a la ciudad.
Fue además un temprano promotor de la defensa de la ecología, llegando a protestar desnudo contra las armas nucleares. Proponía el extenso uso de vegetación en las viviendas, para así devolver a la naturaleza parte del terreno utilizado en una edificación. La obra de Hunterwasser buscaba ser provocadoramente llamativa y dar un mensaje ambientalista efectista que cualquier persona pudiera entender, algo muy radical en su época ya que el mensaje ecologista hoy en día está en boca de todos pero hace treinta y cuatro años no era tan común. Las casas como lugares sostenibles y amablemente integrados con la naturaleza son posibles. Sólo depende de que los habitantes de estas, quieran que sea así.
En 1977 el alcalde de la ciudad Leopold Gratz ofreció a Hundertwasser un predio donde pudiera llevar a cabo sus ideas con libertad. El alcalde también contrató a los arquitectos profesionales Peter Pelikan y Josef Krawina para que desarrollaran el proyecto básico de arquitectura. Krawina compartía una preocupación por reforzar el vínculo entre el hombre y la naturaleza. El arquitecto y el artista propusieron 16 terrazas individuales y 3 terrazas comunes todas completamente ajardinadas. Además de las terrazas hay algunos “’arboles inquilinos” que crecen al interior de las casas y que salen hacia afuera. Por tanto, la vegetación tiene un rol importante desde el punto de vista ambiental (purificando el aire y mejorando el microclima), estético (ofreciendo un colorido follaje estacional) y propagandístico (como evidente mensaje ecologista).
La protesta de Hunterwasser y su ideal de volver a la naturaleza fue plasmada en todas sus obras, pero fundamentalmente en su estilo de vida. No aceptó pago por su trabajo en la Hudertwasserhaus, y cuando murió en Nueva Zelanda fue sepultado, de acuerdo a su deseo, envuelto sólo con un lienzo. Sobre su tumba se plantó un árbol como símbolo de que su vida continúa.
La visión de Hunterwasser es la que compartimos todos los urbanicultores en la actualidad. Imaginad todas las terrazas de vuestra ciudad verdes y cultivadas. Imaginaos a vosotros mismos como agentes de este cambio cultivando y guardando la semilla ecológica como símbolo de la renovación infinita de los seres vivos. Si tu no puedes cultivar, haz que lo hagan los que conoces y si pueden. Forma parte de la revolución verde de tu ciudad y aporta tu grano de arena como hizo Hunterwasser.

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